Gijón, ciudad costera del norte de España, alberga entre sus tesoros históricos un impresionante vestigio de la época romana: las Termas Romanas de Campo Valdés. Descubiertas a principios del siglo XX de manera fortuita, estas instalaciones han pasado de ser un simple hallazgo arqueológico a convertirse en un museo que revela cómo funcionaban los antiguos espacios de higiene, ocio y socialización en la sociedad romana.
Información relevante sobre las Termas Romanas de Campo Valdés
- Horario
- Martes a viernes
- 9:30 – 14:00 y 17:00 – 19:30
- Sábados, domingos y festivos
- 10:00 – 14:00 y 17:00 – 19:30
- Martes a viernes
- Precio
- Adultos: 2,5 €
- Niños (hasta 11 años): 1,4 €
- Domingos gratis
- Web oficial
- Como llegar
Las Termas Romanas de Campo Valdés: Un viaje al pasado de Gijón
Historia de las Termas Romanas de Campo Valdés
Las Termas Romanas de Campo Valdés fueron construidas a finales del siglo I d.C., en la ladera del cerro de Santa Catalina, donde se asentaba la ciudad romana de Gijón, un importante puerto del Cantábrico en aquella época. Aunque se desconoce con exactitud quién las promovió, su arquitectura y estructura evidencian la relevancia de estas instalaciones en la vida social y cultural de la época.
En su época de mayor esplendor, las termas eran un lugar lleno de actividad: ciudadanos de todas las edades acudían a bañarse, descansar o ejercitarse, mientras el murmullo de conversaciones y el vapor de agua caliente se mezclaban con el bullicio del día a día. El recorrido habitual se iniciaba en el apodyterium, o vestuario, donde los visitantes dejaban sus ropas; a continuación, pasaban al frigidarium, la sala fría con piscina de agua helada, para luego dirigirse al tepidarium, antesala templada que preparaba el cuerpo para el caldarium, la sala caliente. Allí esperaban piscinas de diferentes temperaturas, baños de vapor y ambientes relajantes. También existía una sudatio, una sala de sudoración circular, incorporada posteriormente y destinada a la eliminación de toxinas mediante calor intenso.
Estas termas quedaron en desuso en torno al siglo IV d.C. y, durante la Edad Media, el recinto se transformó en necrópolis. Lo que en su día fue un concurrido centro social se convirtió así en un lugar de silencio y reposo eterno, hasta que, siglos después, la construcción de un sistema de alcantarillado en 1903 sacó a la luz los restos de estas antiguas instalaciones.
El descubrimiento y la restauración
El hallazgo de las Termas Romanas de Campo Valdés durante las obras de alcantarillado sorprendió a los trabajadores y atrajo la atención de los arqueólogos, quienes emprendieron las primeras excavaciones bajo la dirección de Calixto Alvargonzález Landau. A finales de la década de 1980, se impulsó un nuevo proyecto de excavación y restauración liderado por dos arqueólogas, Carmen Fernández Ochoa y Paloma García Díaz, que permitió descubrir y consolidar buena parte de la construcción original.
En 1995, una vez terminados los trabajos de restauración, se inauguró el museo que hoy conocemos. Además de recuperar parte de la estructura de las termas, se lograron conservar algunas pinturas murales con motivos geométricos y vegetales, que nos permiten hacernos una idea del esplendor decorativo que lucían en su momento de máximo apogeo. La restauración también incluyó la reconstrucción de ciertos elementos para que el público actual pueda entender mejor cómo funcionaban estos baños romanos.
Características arquitectónicas
Las Termas Romanas de Campo Valdés constituyen un magnífico ejemplo de la arquitectura alto-imperial, construida principalmente con ladrillo y hormigón. Sus elementos más destacados incluyen:
- Distribución espacial
- Apodyterium: Vestuario donde los usuarios se despojaban de su ropa.
- Frigidarium: Sala fría con piscina de agua helada para refrescar el cuerpo.
- Tepidarium: Sala templada, espacio de transición entre el frío y el calor.
- Caldarium: Sala caliente con piscinas de agua a distintas temperaturas y baños de vapor.
- Sudatio: Sala de sudoración circular, ideada para favorecer la transpiración y la expulsión de toxinas.
- Técnicas constructivas y materiales
- Sistema de calefacción (hypocaust): Un mecanismo basado en pilares y arcos bajos, que permitía circular aire caliente bajo el suelo de las salas.
- Muros con tubuli laterici: Ladrillos huecos en las paredes que conducían el calor desde el horno.
- Revestimiento cerámico: Facilita el aislamiento térmico y la retención del calor.
- Columnas de ladrillo: Estructuras cuadradas que sostienen la cubierta de las estancias.
- Pinturas murales: Frescos de vivos colores, con diseños geométricos y vegetales, uno de los pocos ejemplos que se conservan en su ubicación original.
Importancia de las termas en la época romana
Las termas romanas no eran solo lugares dedicados a la limpieza personal, sino auténticos centros de encuentro, ocio y sociabilidad. En ellas, la gente conversaba, hacía negocios e incluso participaba en actividades deportivas y culturales. Al confluir personas de diferentes clases sociales, se reforzaba la convivencia y el intercambio de ideas.
En Campo Valdés, las termas desempeñaron este mismo papel, permitiendo el acceso a individuos de todo tipo, incluidos los esclavos, y fomentando la integración social. Su función higiénica también era clave: los baños a distintas temperaturas, los vapores y los tratamientos corporales contribuían al bienestar físico, un aspecto muy valorado en la cultura romana.
El museo actual

En la actualidad, las Termas Romanas de Campo Valdés están abiertas al público como museo, ofreciendo un apasionante viaje al pasado. Esta visita se organiza en dos áreas principales:
- Zona informativa: Presenta objetos hallados durante las excavaciones (cerámicas, monedas, utensilios…), paneles explicativos y maquetas que ayudan a entender la historia y el sistema de funcionamiento de las termas.
- Zona arqueológica: Muestra los restos originales de las distintas estancias, el sistema de calefacción y los frescos murales. Una pasarela permite recorrer las ruinas al modo en que lo hacían los antiguos usuarios, y se exponen también detalles sobre la construcción, la vida cotidiana o la flora y fauna de la época.
El museo de las Termas Romanas de Campo Valdés es una visita imprescindible para quienes deseen conocer la historia de Gijón y adentrarse en la rutina y costumbres de la antigua Roma. Además, la entrada es gratuita los domingos, lo que facilita aún más descubrir uno de los rincones más fascinantes de la ciudad.
Fotos: