El casco antiguo de Avilés fue declarado Conjunto Histórico-Artístico el 27 de mayo de 1955. En la villa se encuentran bastantes obras importantes de carácter tanto religioso como civil, calles como Galiana, Rivero, La Ferrería o San Francisco atestiguan su milenaria historia con magníficos edificios y característicos soportales ademas de otras edificaciones las que destacan la antigua muralla de la ciudad, hoy desaparecida; la plaza de España situada frente al Ayuntamiento de la villa, las calles de Pedro Solís y Palacio Valdés, la plaza del Carbayo y la Antigua cárcel de Avilés.
Iglesia de San Nicolás de Bari
La iglesia fue edificada en su mayor parte a finales del siglo XIV como parte de un monasterio de la Orden de San Francisco. No obstante, en el mismo solar se han hallado restos arquitectónicos más antiguos, como un cancel visigótico que pudiera proceder de un edificio prerrománico.
El templo se componía inicialmente de una única nave, que coincide con la actual nave central, de 40 metros de largo por 10 metros de ancho. En el siglo XVI se añaden dos naves más de menor tamaño, una a cada lado y se construye una nueva sacristía.
Los franciscanos ocuparon el convento desde su fundación (probablemente en el s. XIII) hasta su exclaustración como consecuencia de la desamortización de Mendizábal en 1836. Desde 1837 a 1847, el convento es ocupado por las Clarisas de Oviedo. En 1848, por iniciativa del Ayuntamiento que valora, entre otras cosas, su mayor cabida, pasa a ser sede de la parroquia de San Nicolás de Bari, trasladando su antigua residencia desde el viejo templo que hoy ocupan los PP. Franciscanos.
Conserva íntegro el archivo parroquial desde el año 1599, que ha superado guerras, terremotos, revoluciones e incendios. Artísticamente es de destacar la pila bautismal, joya romana de valor insospechado. Es un hermoso capitel corintio en un bloque de mármol. No se sabe de dónde provino, tan sólo que al trasladarse la sede parroquial al antiguo convento de San Francisco, se trasladó también esta pila.
Palacio de Llano Ponte
Se mandó construir entre los años 1700 y 1706 en estilo barroco siguiendo los planos del arquitecto Francisco Menéndez Camina, famoso entre la nobleza de la ciudad por la riqueza arquitectónica de sus edificaciones. Su propietario inicial fue Rodrigo García Pumarino, un conocido indiano que regresó a su villa natal después de haber pasado cuarenta años en Perú haciendo fortuna gracias al éxito de su negocio naval.
La fachada principal se caracteriza por su bien escuadrado sillar de piedra, que sigue el mismo esquema que el del edificio del ayuntamiento pero introduciendo bastante más decoración. Además se encuentra dividida en cinco arcos de medio punto situados entre pilastras, embellecidas con rosetas y consta de dos plantas; el bajo porticado y transitable y el piso superior que posee cinco balcones, cada uno de ellos centrado en el arco correspondiente.5
La visible divisoria entre ambas plantas la marca una línea de imposta moldurada y denticulada, flanqueada por los blasones de las dos importantes familias que han habitado en el palacio. Tras la muerte de su fundador, la casa se permutó por una propiedad en el barrio de Sabugo, pasando el palacio a manos de la familia Llano Ponte, concretamente de Francisco de Llano Ponte.
Inicialmente tuvo patio y capilla, si bien no queda nada de su distribución inicial puesto que al ser transformado en el siglo XX se derribó todo el interior perdiéndose así todo rastro de su estado anterior.
Fotos:
- Calle Galena: Dominio público
- San Nicolás de Bari: by 2.0 | Ramon Cutanda López
- Palacio de Llano Ponte: Dominio público
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